Arjona ya está en casa: Así se prepara la residencia más esperada del año
El cantautor guatemalteco está en plenos ensayos para los 23 conciertos que marcarán historia
El cantautor guatemalteco está en plenos ensayos para los 23 conciertos que marcarán historia
Ricardo Arjona ya pisa suelo chapín y no es de pasada. El cantautor está instalado en Antigua Guatemala, ensayando cada detalle de lo que será su residencia histórica en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias. Los preparativos están a toda marcha y él mismo ha compartido el proceso con sus seguidores.
Las imágenes que Arjona ha compartido en redes sociales muestran estructuras impresionantes, pantallas con fachadas que recrean casas y calles guatemaltecas. La producción promete ser íntima pero visualmente impactante, adaptada específicamente para el teatro que él considera “el que más me gusta de todos”.
“A veces, como en la vida, hay que sentarse en la silla del otro” escribió el artista mientras se muestra sentado en el teatro, observando todo el trabajo que han realizado, dejando claro que está metido de lleno en cada aspecto creativo del show.
La residencia incluirá homenajes a Efraín Recinos, el genio arquitectónico detrás del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. Cada elemento de la puesta en escena busca integrar el arte y la arquitectura guatemalteca, convirtiendo el concierto en una experiencia cultural completa. No es solo música. Es identidad pura.
Los 23 conciertos programados entre el 31 de octubre y el 7 de diciembre representan la primera vez que Arjona inicia una gira mundial desde su país natal. Y eso, para los que lo hemos seguido desde siempre, significa todo.
Para quienes crecimos con sus letras, Arjona siempre fue más que un cantante. Fue ese narrador de historias que nos hizo entender el amor, el desamor, la crítica social y hasta el absurdo de la vida cotidiana. Nos acompañó en cada etapa: desde el primer beso hasta los desamores más dolorosos, pasando por esos momentos en que solo una de sus canciones podía explicar lo que sentíamos.
“Dejé un adiós sin luz/ El día en que me marché/ Fronteras de autobús/ Kilómetros de fe/ Y una novia en el andén”, escribió al anunciar la residencia. Y es que Arjona se fue del país, sí, pero nunca nos dejó. Siempre estuvo ahí, en cada radio, en cada reunión familiar, en cada karaoke donde todos intentábamos alcanzar sus notas.
Con más de 80 millones de discos vendidos en el mundo, rechazó teatros de Madrid y París para elegir el escenario guatemalteco. “El que más me gusta de todos es el Miguel Ángel Asturias, el de mi país”, confesó. Una decisión que dice mucho de un hombre que, a pesar de conquistar el mundo, nunca olvidó de dónde viene.
Las 23 fechas se agotaron en horas. Más de 45 mil guatemaltecos estarán ahí, no solo como público, sino como familia. Porque esto es un reencuentro. Es recordar quiénes somos. Es ese orgullo chapín que llevamos en el pecho y que explota cada vez que uno de los nuestros brilla.
Esta residencia llega después de complicaciones de salud que lo alejaron temporalmente de los escenarios. Pero está de vuelta. Más fuerte. Y Guatemala será testigo de su regreso triunfal antes de que emprenda su gira por Estados Unidos, Argentina, Chile y más países en 2026.
Cuando las luces del Teatro Nacional se enciendan el 31 de octubre, no solo veremos a uno de los mejores cantautores de Latinoamérica. Veremos a uno de los nuestros, brillando donde todo comenzó. En el escenario que eligió por encima de todos los demás. En casa.
Y para nosotros, los chapines que lo vimos partir y ahora lo recibimos de regreso, eso no tiene precio.